martes, 8 de febrero de 2011

Hay días que no son como deberían ser

Te levantas una mañana de resaca
con la casa ordenada
y tu vida patas arriba.

Con lo que costó montarlo
y lo rápido que se desmorona,
con lo fácil que lo perdimos
¿de verdad merece la pena?.

Cuentas errores, abres la puerta,
aireas tu cabeza llena de recuerdos.

Ya soy demasiado mayor para pretender ser arquitecto,
solo me queda recoger lo roto.
No debí quedarme con los trozos,
me sangran las heridas cada vez que te veo.


Hoy ya es mañana y no siempre tengo fuerzas
para seguir con esa vida que me prometí.

2 comentarios:

  1. Es difícil romper promesas, pero a veces no queda más remedio cuando no podemos con ellas.

    Llego tarde... un beso.

    ResponderEliminar
  2. ...acabo de verme reflejada en los versos de ese poema. No he podido sino detenerme a dejarte este comentario antes de irme a la cama para pensar cómo reconstruyo lo que he roto.

    Un abrazo!

    ResponderEliminar