Pasaste con el coche por Príncipe de Vergara,
como un idiota esperé con mi mejor cara
a que la casualidad me ayudara
y el semáforo se cerrara.
Capaz de negarme a mí mismo,
dejar de ser yo si lo pides,
capaz de ofrecerme al abismo
y orientar mis gustos a tus fines.
Cuántas veces pensé en decir que no
y al final fui donde ella me pidió.
Cuántas veces me guié por su pelo,
cuando a punto estaba de decir adios.
Pasaste con tu coche por Príncipe de Vergara
y el semáforo no se cerró.
Llegó el invierno y ya no estás en mis madrugadas,
nunca aprendí a decirte que no...
Pareciera que cantas tus versos...
ResponderEliminar¿Todo bien? no sé, pero de todas formas ahí va un beso... igual tardas un poco en sentirlo ¿eh? jeje.
Una perfecta letra de canción sería esta...
ResponderEliminarun gran abrazo
A veces decir que no cuesta, por propia experiencia y a veces es alguien quien recibe ese no, el cual no se desea recibir y ahí está. No,...Pero después de un no, todo sigue y puede que a mejor..pero nunca se sabe hasta que se dice o se recibe...
ResponderEliminarMuy buen escrito:)